En pos de la Libertad de Cuba
Pensando a Cuba y su entorno
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Decepcionante actitud de Manuel López Obrador

En la XXI Reunión de Cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), el presidente mexicano, Manuel López Obrador, realizó una alocución desde el Castillo de Chapultepec con una dosis de injusticia inimaginable para los cubanos postergados de siempre. Para dolor de los amantes de la libertad y la democracia, propuso conferir a Cuba el título de Patrimonio de la Humanidad, y a su pueblo el “Premio de la Dignidad”. 

Resulta sospechoso que haya utilizado el marco de la Celac para lanzar tal propuesta. No por gusto muchos analistas consideran a este organismo intergubernamental de ámbito regional como una iniciativa que terminaron aprobando todos (de la izquierda más radical en comunión con los autoritarismos) para rivalizar con la Organización de Estados Americanos (OEA), una institución de credenciales apegadas a la libertad, la democracia y otros valores congruentes con la dignidad de la persona humana. Se cree en una Celac con otra orientación, y no por gusto ha perdido mucho vigor, es casi una entelequia.

Lo primero a precisar es que en más de 60 años no se ha consultado a los cubanos, en un contexto de respeto a las libertades y derechos fundamentales, cuáles son sus preferencias y si están dispuestos a sustentar esa confrontación, políticamente motivada desde el lado del castrismo, con el vecino del norte, a cambio de sostener en el poder un régimen contra natura, que por demás ha puesto de rodillas a los nacionales, así como ha generado un sistema caracterizado por la obsolescencia tecnológica, el atraso en todos los órdenes, la inconsistencia institucional y la pobreza estructural. López Obrador, no te puedes dejar encandilar, obviamente desde la distancia, por los rituales de un modelo totalitario orientado a proyectar un supuesto respaldo popular, eso es engañoso, para confundir u ofrecerles pretextos a los desalmados de siempre.

El título de Patrimonio Cultural de la Humanidad conferido por la Unesco está concebido para facilitar la preservación de la herencia cultural y natural de la humanidad. La iniciativa del presidente mexicano es una aberración movida por sentimientos retorcidos, más o menos soterrados, que posee el propósito de dañar a los Estados Unidos, consistente en certificar la  herencia de un régimen responsable de las violaciones más flagrantes de los derechos humanos, como son: actos de repudio, golpizas, detenciones arbitrarias, encarcelamientos, la conculcación más humillante de los derechos a la educación (imparcial políticamente), la ciencia, la cultura, libertad de prensa, de asociación, manifestación, reunión y política, lo cual facilita que usufructúen el poder de forma indefinida unas élites anquilosadas e ineptas, entre muchas otras.

En otras palabras, se podría entender o sobrellevar que, como lo hacen otros mandatarios de países con sistemas demoliberales, López Obrador se opusiera a las sanciones estadounidenses. Pero deja mucho que desear que se involucre directamente en la legitimación de un régimen totalitario. En el mapa político de cualquier país y región suele funcionar el síndrome de la cosmovisión afín y usted está del lado del conglomerado de la izquierda, pero resulta que el socialismo real cubano, de socialismo lo único que tiene es el nombre. Los cubanos de a pie necesitan que se condenen los dos bloqueos: el de dentro y el de afuera, sí, porque la solidaridad cuenta en este mundo.      

Para colmo, incluye que se le confiera al pueblo cubano el Premio a la Dignidad. Primero, el uso del término pueblo, a la luz de las concesiones politológicas actuales, es muy ambiguo, no está relacionado con el concepto de ciudadano, o sea, con que cada persona sea un sujeto de derechos. Más bien hace alusión a una masa amorfa que se deja guiar por un caudillo iluminado. Dicho sea de paso, todos los caudillos llevan la simiente del autoritarismo, o si no que consulten a los cubanos.

Segundo, se debe concluir que usted no tiene presente el espíritu y la letra de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, así pues, su artículo uno plantea: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales, en dignidad y derechos”. Se puede hablar de igualdad en Cuba cuando en el artículo 42 de la Constitución están refrendadas 11 prohibiciones de discriminación, pero se pasa por alto las vinculadas con las opiniones políticas y filosóficas. Igual o peor, si las libertades básicas son groseramente vulneradas, como se explicó anteriormente, y se ha puesto de manifiesto con la enorme represión a la que son sometidos los miles de cubanos que se lanzaron a la calle el 11 de julio en pleno ejercicio de su derecho a la protesta pública pacífica, entonces resulta una complicidad suya con la autocracia castrista abogar por un Premio a la Dignidad no respetada a los cubanos.

21 de julio de 2021

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