En pos de la Libertad de Cuba
Pensando a Cuba y su entorno
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¿Por qué los cubanos están al borde de enloquecer?

El ir y venir de la humanidad ha transitado en la gestión de lo público, desde las formas más autoritarias posibles y disímiles hasta la construcción del Estados-nación, el constitucionalismo, ofrecerle rango constitucional a las libertades y derechos fundamentales, la implementación de la democracia y el Estado de derecho, ente otras. En fin, se ha recorrido desde el estado de naturaleza hasta sofisticadas y más o menos justas formas de convivencia colectivas, aun cuando queda un trecho por recorrer. La captura del poder en nuestro país por unas élites anti-demoliberales socavó, dentro de muchas, una herramienta imprescindible para la vida civilizada: la alternancia de poder dentro del marco de la ley. Esa malsana rigidez contribuye sobremanera a que tengamos que seguir lidiando con los males que se describen a continuación.      

El día 7 amaneció Camajuaní sin oferta de pan, pues no disponían de harina de trigo para su elaboración. Solo más tarde arribó el preciado insumo para comenzar la elaboración de ese demandado y necesario alimento en las panaderías El Turquino, La Ejemplar y El Faro. También se conoció que Taguayabón, Macagual y Sagua La Chica, localidades pertenecientes al municipio, se vieron afectados por las mismas razones.

La pregunta que debemos hacernos es la siguiente: ¿Será que los operadores de la economía cubana no disponen de dinero para comprar en el mercado internacional la harina de trigo, o en cambio las ineficiencias enraizadas en los molinos de ese cereal o en el transporte hicieron su parte? De cualquier manera, esto nos da una impresión de fragilidad, eso es, que en cualquier momento nos podemos quedar sin llevarnos a la boca el mendrugo de pan que nos toca, de acuerdo a la planificación socialista.

El pan liberado no se oferta hace un buen tiempo, aunque muy por debajo de la demanda era una opción que podía sacar de apuros a los más desesperados. Como sustituto, comercializan diez panecitos por núcleo familiar, cada no se sabe cuánto tiempo, lo cual es una injusticia pues no es lo mismo una familia con seis miembros que una de dos, por poner un ejemplo.

En otros trabajos he comentado someramente los grandes incumplimientos en las entregas de la leche por dieta o prescripción médica y del yogur de soja para los niños mayores de siete años, sin que se ofrezca siquiera una explicación de parte de la administración. A todo lo anterior hay que añadir la pésima higiene, calidad (aguadas), manipulación y presentación de esos importantísimos alimentos, así como lo destartalado de las unidades del comercio minorista. Vale la pena destacar que muchas de éstas se decoran con fotografías de Fidel Castro, Ernesto Guevara, Raúl Castro, al mismo tiempo que las estanterías permanecen vacías, lo cual pone en perspectiva quiénes son los responsables máximos de las penurias que padecemos.

También se necesita una inversión capital en el servicio de agua:  el bombeo desde las tres fuentes de abasto, los tanques de almacenamiento, las conductoras y redes de distribución, así como el disfuncional sistema de evacuación de las aguas albañales y pluviales y la ausencia de carros pipas para vaciar las fosas caseras llenas de residuales. Aunque Camajuaní no es de los peores, la infraestructura de edificaciones, tanto estatales como privadas están pidiendo a gritos una renovación. Por ejemplo, están en peligro de desplomarse varios edificios patrimoniales sin que se avizore una respuesta.

El desabastecimiento de materiales de la construcción y los estratosféricos precios de la mano de obra y de los insumos en el mercado negro son angustiantes, al punto que deja sin opciones a la inmensa mayoría de los cubanos. Ni qué hablar del pésimo estado de las calles y aceras. La escasez crónica de medicamentos e instrumental médico impulsa a los cubanos a utilizar medicina verde para algunos padecimientos, pero con mucho empirismo, lo cual pasa por alto la dosis a administrar y los efectos secundarios, entre otros.

El cierre total o parcial de muchos talleres textiles y de confección de zapatos que tradicionalmente han generado muchos puestos de trabajo así como de centros laborales cuasi o estatales ha dejado sin ingreso a muchas familias en una trama de inflación imparable. El sistema de ordeno y mando es la causa fundamental de tales males y no la crisis asociada a la pandemia ni a las sanciones estadounidenses. La obsolescencia tecnológica y la corrupción están presentes en todos los intersticios de la sociedad y el Estado. El estrés resultante de más de un año con las restricciones asociadas a la pandemia hace su parte. Lo anterior es solo una pincelada de la dramática situación existente.

Es contrastante cómo en los medios de difusión y en el discurso oficial se vende una propuesta triunfalista. Por ejemplo, en el recorrido que realizó Miguel Díaz-Canel Bermúdez vinculado al desarrollo local, se habló de innovación, reciclaje, sostenibilidad y producción acuipónica y circular. En otro momento dijo que “Cuba no renuncia al crecimiento económico”.

La recepción consciente o inconsciente de lo anterior realizada por los atribulados cubanos es que los jerarcas están poseídos de un éxtasis, viven en un mundo paralelo, no tienen la menor posibilidad de sacar el país adelante, que no es posible implementar de forma sostenible todo eso si no saben administrar ni siquiera una guarapera, que en Camajuaní no existen. En fin, la nación y sus instituciones necesitan renovarse como el Ave Fénix, eso es, cambiar de paradigmas, pues no aguantan más.

11 de mayo de 2021

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