En pos de la Libertad de Cuba
Pensando a Cuba y su entorno
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La filosofía de la no violencia vs la concepción guevarista sobre el ideal comunista

Cuando Ernesto Guevara pronunció el discurso el 20 de octubre de 1962 en el segundo aniversario de la integración de las organizaciones juveniles, realizó una exposición sobre cuáles eran los ideales que debían mover a los jóvenes comunistas, eso es, apeló “al honor, al sacrificio, tener sensibilidad frente a las injusticias, espíritu inconforme cada vez que surge algo que está mal, lo haya dicho quien lo haya dicho, ser internacionalista…” Fidel Castro y sus más estrechos colaboradores, entre los que se encontraba el Che, pusieron en marcha un proyecto de ingeniería social totalitaria, así como se apropiaron de una suerte de religión donde ellos eran dioses paganos, la cual está en las antípodas de la ciencia: no hay que demostrar nada, es el voluntarismo encarnado, funciona en base a la fe ciega.

Lamentablemente detrás de eso está la obsesión por la historia y de trascender, el mesianismo, y disfrutar a perpetuidad de las mieles del poder. La otra mala noticia es que para cumplir con esa pretendida agenda hay que socavar al ciudadano, lo cual pasa por la implementación de un Estado policíaco, pues no se produce espontáneamente. Ninguna de las cualidades “comunistas” anteriormente descritas están presentes en la juventud y por extensión en el resto de la militancia. Todo lo contrario, del pretendido “hombre nuevo” surgió uno simulador, con un miedo paralizante, que es dado a entablar una suerte de transacción cotidiana en la cual él ofrece lealtad a cambio de beneficios materiales y sosiego (lo poco a lo que se pueda aspirar). En el campo de la generación de riquezas se ha perdido el emprendimiento y la laboriosidad.

A las puertas del VIII Congreso del PCC nos encontramos con una gerontocracia que se retira y deja tras de sí un país devastado, con una corrupción generalizada y una incapacidad manifiesta para con las herramientas actuales sacar al país adelante. Los delfines que los sucederán definitivamente fueron seleccionados meticulosamente para que le dieran continuidad absoluta al socialismo real, pero siendo muy optimista podría esperarse de ellos, si fueran forzados por un movimiento contestatario vigoroso, niveles de pragmatismo.

Llama poderosamente la atención Maikel Osorbo, uno de los líderes del Movimiento San Isidro, después de ser sometido a una brutal golpiza, sacó una cerveza y antes de ingerir el primer sorbo, sin ningún asomo de odio, manifestó: “Miguel Díaz-Canel, brindo por ti”. Ese es un comportamiento típico de la filosofía noviolenta, desde la cual se puede construir un nuevo orden que tenga como protagonista al ciudadano, poder reencontrarse con la historia y lo mejor del legado constitucionalista y jurídico cubano. El movimiento prodemocrático cubano pide a voces apropiarse de una filosofía y metodología de probada eficacia. Una academia y los consiguientes cursos de formación serían una buena iniciativa.

13 de abril de 2021

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