En pos de la Libertad de Cuba
Pensando a Cuba y su entorno
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Consideraciones sobre las reformas económicas en marcha

Se puede advertir que el régimen tiene el agua al cuello, pero esta vez sin ningún mecenas internacional que lo subsidie, con la presencia en los ámbitos del poder de tecnócratas, así como una nación mucho más dada a protestar, pues empezaron a derribar de forma visible todo el entuerto económico generador de grandes insatisfacciones y atraso que dejó de herencia Fidel Castro. La tarea les resulta muy compleja y riesgosa, pues son muchas las variables que deben entrar en funcionamiento, incluidas las demandas de libertades económicas, civiles y hasta políticas.

De no hacerse fuerte un sector antirreforma que le dé marcha atrás al proyecto, se pondrá a prueba la capacidad del Estado para acometer tal encomienda. Si repasáramos la historia de los últimos 60 años podremos ver cómo los detentadores del poder han sido muy fértiles en concebir proyectos que finalmente no concluyen. 

Al parecer llegó el momento cero, a partir del cual empezó un despegue hacia la implementación de reformas de mercado y los consiguientes grados de liberalización económica, con medidas como la eliminación del límite de cinco salarios medios sin condicionamientos; descentralizar la creación, fusión y extinción de empresas, así como la aprobación de los objetos sociales; el diseño del marco institucional y de funcionamiento de la micro, pequeña y mediana empresa; empezar a estudiar la puesta en funcionamiento de un sistema tributario más simplificado y un marco de aprobaciones más flexible; ampliar un mercado mayorista que tiene en el Mercabal una primera experiencia; un sistema de asignación de divisas más descentralizado; crear un Banco de Fomento Agrícola; comenzaron a erosionar el monopolio del Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera; se proponen eliminar las distorsiones en los subsidios, gratuidades, precios, tarifas, pensiones y salarios; llevar a cabo mecanismos de descentralización al nivel de la microeconomía, y eliminar la dualidad monetaria y cambiaria, entre otras.

Para corregir algunos de los males presentes en la economía cubana los reformadores tienen previsto la emisión de una masa monetaria espectacular, lo cual producirá una devaluación de la moneda, así como una indetenible espiral inflacionaria. Las herramientas de mercado con las cuales cuentan no serán suficientes en el deformado contexto cubano, al menos en el corto y mediano plazo, y ellas son: que la producción local en moneda nacional es más barata que los productos importados, con el agregado que retirarían el circulante a través de sus ventas; que la descentralización de los precios disminuirían los mismos en el mercado mayorista, y que de no aumentar la oferta de las empresas nacionales los productos importados influirían para bien en la formación de los precios.

Por otra parte, en nuestro sufrido país existe un proceso de descapitalización continuado y notorio, de modo que la restructuración del parque industrial, de la mecanización agrícola, del transporte y demás necesariamente tendría que ser a través de las importaciones y el consiguiente endeudamiento. Las preguntas que habría que hacerse son las siguientes: ¿El empresariado que asumirá en adelante la conducción de la economía tendrá las destrezas y los conocimientos suficientes para sumir el nuevo rol? Un curso de superación, como regla, no es suficiente, sobre todo en un contexto donde va estar presente una inercia psíquica e institucional. ¿La aumentada autonomía no propiciará la dilapidación encubierta de los bienes puestos en manos de directivos y trabajadores? 

Otro aspecto a tener en cuenta es, ¿de dónde sacarán el dinero para impulsar las reformas? El entorno internacional a raíz de la Covid–19 peor no puede ser; las sanciones estadounidenses están en su momento más agudizado, y los integrantes de la coalición informal de las autocracias (de la cual el gobierno forma parte) que lo podrían apoyar están abrumados con sus propios problemas, más allá de que el tiempo de los subsidios (al menos, lo suficiente) a cambio de defender la geoestrategia global de una potencia rival de los Estados Unidos ya pasó de moda.

Considero que la problemática cubana se resuelve con una transición sistémica, que consta de cuatro dimensiones básicas: políticas, sociales, económicas y culturales. Algunas de mis propuestas institucionales y legales para la transición económica son las siguientes: bolsa de valores; casa de corretaje; lonjas del comercio; Banco Central independiente; bancos comerciales, cooperativas de ahorro y crédito y bancos comunitarios; compañías de seguros, de publicidad y de servicios legales, así como una entidad que monitoree y exija estándares de calidad y propicie las exportaciones; centros de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas; un servicio civil independiente y eficaz, así como tribunales independientes e imparciales del lado del sector público. Por otra parte, aprobar un Código de Comercio moderno, así como leyes que regulen la bancarrota, la santidad de los contratos y las patentes; combatir la conducta anticompetitiva, incluyendo los abusos corporativos y la competencia desleal; evitar las presiones financieras, como, por ejemplo, las políticas que dirijan la asignación del crédito sobre bases arbitrarias y administrativas; gestionar la incorporación al Tratado de Libre Comercio de América Del Norte (TLCAN) o su sustituto.

El futuro proyecto nacional al que aspiro, pasa por el reconocimiento de la propiedad privada. Entre las medidas para desmontar el ineficiente aparato socialista de producción y servicios deben estar la venta a subasta de las unidades productivas y distribución de la totalidad o de una parte de la propiedad de las empresas estatales socialistas entre los trabajadores, empresarios actuales y/o de toda la población. Para tal fin debe crearse una agencia o ministerio a cargo de las privatizaciones, para que evalúe cada una de las empresas y adopte las siguientes medidas: realizarle mejoras si lo ameritase para revalorizarla, e insertarlas al igual que las que clasificaron directamente en el mercado de valores, así como todas las demás tramitaciones que he explicado en otros trabajos.

20 de octubre de 2020


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