En pos de la Libertad de Cuba
Pensando a Cuba y su entorno
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Las nuevas medidas económicas anunciadas

Lo primero que se evidencia en la implementación de las nuevas medidas económicas es el carácter elitista-tecnocrático del proceder utilizado, en contraposición de las prístinas concepciones vinculadas con el socialismo. Los 209 lineamientos llevados y traídos tienen que recibir primero la aprobación del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, así pues, solamente en octubre arribarán a la llamada Asamblea Nacional del Poder Popular, pero, para colmo, ya estarían en discusión para ese entonces los primeros resultados. En otras palabras, lo del Parlamento es puro trámite. Como es bien sabido, en Cuba, el bacalao lo corta el primer secretario del Comité Central con la asesoría de sus más estrechos colaboradores.

Es conocida la frase: “El socialismo es el camino más largo para arribar al capitalismo”. Son de tal magnitud los males acumulados en estos 60 años que los parches no conducirán a puerto seguro. Al parecer ésta es la reforma de mayor calado de todas las llevadas a cabo, pero está muy lejos de satisfacer las apremiantes necesidades por resolverse. Si no fuera por lo dramático de la situación movería a risas medidas tales como poner a funcionar correctamente la agricultura, lograr competitividad y productividad del entramado empresarial, una política para fomentar las pequeñas y medianas empresas, atraer inversión extranjera directa, unificación monetaria y cambiaria, etc.

En fin, es algo así como descubrir el agua tibia, y no lo digo desde una postura autosuficiente. ¿Quién asume y paga con castigo el no haber realizado ese plan de reformas desde hace decenas de años y con ello haberle evitado tantas carencias y sufrimientos al pueblo cubano? De ahí la importancia de la democracia, la alternancia de poder y el respeto de las libertades básicas y los derechos fundamentales, que dicho sea de paso no tenemos. Son una herramienta valiosísima para hacer a su debido tiempo las correcciones necesarias, desde el ejercicio de la soberanía popular.

Basta ya de echarle la culpa a las sanciones estadounidenses de la dramática situación existente, la culpa de las mismas la tuvo Fidel Castro y la agenda mesiánica que sustentó: confiscó todas las propiedades estadounidenses; se insertó en la geoestratégica de la otrora URSS y permitió la instalación de decenas de cohetes de alcance medio con ojivas nucleares apuntando hacia el norte y una gruesa presencia militar soviética en nuestro territorio, así como una potente base de escucha radioelectrónica (Lourdes); en el contexto de la Guerra Fría implantó un régimen totalitario comunista en franco desafío del  consenso que existían en las Américas, amén de la traición que significó para lo mejor de nuestras tradiciones; promovió la conversión al sistema comunista (vale decir, la peor variante enemiga de la libertad) de los países de la región y otros a través de la lucha armada (guerrillas) o por vía civilista, y se alió a cuanta potencia enemiga de los Estados Unidos hubiese, para escamotear todo lo que oliera a los intereses de esa nación, entre otros muchos comportamientos.

Con ese historial no se puede esperar otra cosa del vecino del norte. Por el contrario, Vietnam posee la condición de país más favorecido en el comercio con la federación estadounidense a pesar de la guerra sostenida por ambos en el pasado reciente y sus nefastas consecuencias.

A la altura del 2020 a nuestra nación le urge recomponerse como el Ave Fénix y para ello necesita una auténtica transición hacia la democracia y el mercado, así como rehacer su entramado de relaciones internacionales, el cual pasa por establecer las mejores relaciones políticas, económicas, financieras y comerciales con la hermana nación norteña.

23 de mayo de 2020

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