En pos de la Libertad de Cuba
Pensando a Cuba y su entorno
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Aunque se estremeció, la democracia liberal en los Estados Unidos no está en decadencia

De la misma manera que miles de exacerbados estadounidenses se lanzaron contra el Capitolio en aras de neutralizar  la certificación de Joe Biden como ganador de las elecciones, lo cual significó una página oscura de la democracia de ese hermano país, muchos otros haciendo uso de sus libertades básicas han criticado dichas acciones, e incluso apuestan por apelar a la enmienda 25 de la Constitución y con ello lograr la destitución del presidente en funciones, al cual consideran como el instigador.

Cabe destacar que grupos antisistémicos se han aprovechado de la ocurrencia de eventos cargados de brutalidad policial con tintes racistas para azuzar a muchos, así como cometer desmanes contra la propiedad y las instituciones, obviamente sin justificación alguna, alegando racismo sistémico, cuando en verdad lo sucedido son episodios motivados por prejuicios raciales, una cosa muy distinta. Felizmente el movimiento por los derechos civiles encabezado por el Dr. King significó un antes y un después en ese sentido. Los vecinos norteños supieron en su momento buscar soluciones a la incorporación plena de las minorías étnicas, lo cual sigue siendo un problema en muchas otras partes.

También se puede dar el caso de afrodescendientes, como lo pueden hacer integrantes de otros segmentos de la sociedad, que cometan desacato y peor aún, no le dejen opciones a la policía. Los estadounidenses de una y otra parte cuentan con sólidas instituciones para dirimir los conflictos, así como una reserva moral sedimentada, que suele movilizarse para hacerle frente a los extremismos.

Los periodistas oficialistas como Karina Oliva Bello, se parcializan obstinadamente, critican a los actores del asalto al Congreso y más que eso, aseguran que el modelo de democracia estadounidense está agotado, pues no logra resolver los fuertes conflictos y contener la gran violencia presente en esa nación, y, por el contrario, le conceden el beneplácito por omisión de crítica o deliberadamente a los otros transgresores callejeros.

Los escribanos del poder se invisten de la autoridad de un Dios todopoderoso al declarar sin miramientos quiénes pueden ejercer como ciudadanos y quiénes no. Desde esa narrativa, los que no se alinean con el totalitarismo son calificados como liberales, socialdemócratas, y los de derecha con músculo político y demás quedan excomulgados de por vida, porque traerán sucesos como los del Capitolio, lo cual mueve a risas.

Merece recordarles a estos personeros de la intolerancia, que en nuestro país no solo se ausenta la democracia a nivel de toda la sociedad, sino incluso dentro del único partido, el comunista. En otros trabajos de opinión se ha demostrado que en Cuba impera un absolutismo en versión totalitaria. La democracia y los derechos individuales están intrincadamente relacionados, de modo que nadie se puede sentir con la potestad de dejar fuera a una parte de la nación en virtud de proyecto nacional alguno. Cuba es de todos los cubanos. Ustedes, los duros de la película contantemente dinamitan todos los puentes y en consecuencia dejan una sola opción: la ruptura democrática.

12 de enero de 2021

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