A raíz del duelo de esgrima producido en la Asamblea General de las Naciones Unidas el 1º de noviembre pasado, aparecen entre los castristas vs los estadounidenses involuntariamente muchas interrogantes. Los estadounidenses produjeron exitosamente la primera guerra anticolonial moderna, así como iniciaron el círculo virtuoso de las revoluciones atlánticas: Estados Unidos (1775-1783), Francia y la Europa controlada por Francia (1789-1814), Haití (1791-1804), Irlanda (1798) e Hispanoamérica (1810-1825).
Así pues, extendieron e implementaron las ideas del republicanismo, el federalismo, el liberalismo, la democracia y lo que se ha dado en llamar “la racionalidad técnica instrumental del mercado”, todo ello en sintonía con el movimiento cultural-intelectual de la Ilustración. También tuvieron una participación decisiva en las victorias de las dos guerras mundiales (aun cuando fueron propiciadores de las mismas), entre otras muchas hazañas. ¿Por qué entonces un régimen totalitario que tiene muy poco o nada que exhibir y que ha sumido en la pobreza y obediencia al pueblo de Cuba ganó esa lid? A saber, existen varias razones:
1) Esa confrontación, tal como se presenta, es percibida como un diferendo Cuba-Estados unidos, más que el legítimo derecho de los cubanos a la libertad y la democracia. Es meritorio que nuestros vecinos acometan esa acción y los exhorto a que lo sigan haciendo, pero debe estar acompañada de facilitar más eficazmente una sociedad civil y política en la Cuba de intramuros. A diferencia del entramado institucional de apoyo fuera de Cuba, al interior de nuestra sufrida patria estamos desprovistos de lo más elemental: móviles, cámaras, laptops, memorias flash y lo demás que por obvio no mencionaré. Incluso, nosotros tenemos un preso político que no se beneficia del plan de ayuda existente, a pesar de que lleva casi dos años en cautiverio, por no sé qué argumentación. Todos debemos aprender a lidiar exitosamente con los agentes del G2 cubano, que al parecer tienen una presencia no desdeñable.
2) El régimen no está solo y por el contrario pertenece a ese otro bloque de matriz autoritaria que ha sustituido al soviético de la Guerra Fría: China, Rusia, el eje Caracas-La Habana y por extensión los países del ALBA, Irán, Corea del Norte y otros tantos. La lógica de funcionamiento del mismo consiste en que el problema con uno se asume como el de todos.
3) Los castristas desde el mismo 1° de enero de 1959 han desarrollado una enorme capacidad conspirativa, así pues, la Dirección General de Inteligencia (DGI) ha creado redes extensas y eficaces para influir a su favor en el curso de los acontecimientos, cooptando a líderes, repartiendo beneficios, en fin, logrando deudas de gratitud de muchos. Los que detentan el poder se han sentido con esa necesidad pues se saben pecadores.
4) Todavía muchos gobiernos de África y Asia, con relativamente poco tiempo de vida independiente, están inmersos en un proceso de consolidación del Estado-nación, de modo que una parte de sus clases políticas adolecen de unos presupuestos de conformidad con una política exterior de apego a la promoción imparcial de la libertad y la democracia, e incluso a veces están regidos por élites corruptas y de naturaleza autoritaria que les facilitan la labor a los operadores de la política exterior cubana.
5) Los partidos políticos de izquierda reunidos en el Foro de Sao Pablo, así como otros de orientación anti-demoliberal que están dispersos por el mundo, en ocasiones ganan elecciones y se hacen del poder y con ello se alinean con los de aquí. También desde la oposición les prestan un valioso servicio a los castristas.
La política exterior de los Estados Unidos hacia Cuba ha tenido aciertos y yerros, y ha variado según el parecer de las diferentes administraciones y del contexto internacional, pero siempre han sido los aliados inamovibles de nuestra causa. Ellos podrían ser los más beneficiados en un restablecimiento de la relaciones comerciales, financieras y económicas con Cuba, por las ventajas comparativas que poseen, como la proximidad geográfica y sus enormes posibilidades como inversores y exportadores, así también dejarían de sufrir las derrotas políticas que en un número de 27 han padecido en la Asamblea General de la ONU (para cuya institución supranacional aportan el 22 % del dinero) a manos de un régimen pobre, disfuncional y opresor de su pueblo. Por eso admiro sobremanera el apego que tienen a los valores de la libertad y la democracia más allá de sus conveniencias materiales y de las evaluaciones que se formen otros. No por gusto fueron los iniciadores del círculo virtuoso de la descolonización y las revoluciones atlánticas, como señalamos anteriormente.
2 de noviembre de 2018