En 1975 la ONU conmemoró el 8 de marzo por primera vez, y finalmente, en 1977, lo reconoció como el día internacional de la mujer.
Los reclamos de la mujer han evolucionado y desmarcado de las ideologías políticas de izquierdas y derechas.
La mujer cubana enfrenta una serie de desafíos que afecta su bienestar y felicidad, entre los que se encuentran: violencia de género, desigualdad de género en zonas rurales, falta de apoyo institucional, matrimonio infantil y uniones tempranas, desigualdad económica, el embarazo precoz determinado por factores socioeconómicos: educación sexual, acceso a los servicios de salud, desabastecimiento de condón y otros anticonceptivos y demás.
La falta de derechos y libertades fundamentales, como de prensa, asociación, reunión y protesta pacífica en Cuba afecta significativamente a las mujeres y a la población en general.
La Federación de Mujeres Cubanas (FMC) no representa a todo el arco político y social femenino, es disfuncional y sirve básicamente como un instrumento de dominación y sometimiento.
En la arena internacional dicha federación es complaciente con la cruel discriminación de las féminas en Irán, por poner un ejemplo, debido a la subordinación de la misma a la política internacional del partido comunista, su secretaria general es miembro del buró político, lo cual significa un amarreo sujeción a los designios totalitarios.
Estas restricciones perpetúan un entorno de miedo y represión, en tanto dificulta desmarcarse a las féminas de un sistema considerado ineficaz e inoperante.
La falta de derechos y libertades limita su capacidad para abogar por cambios y mejoras en sus condiciones de vida.
Ejemplos de prácticas represivas y discriminatorias son las aplicadas a la Damas de Blanco y a activistas y periodistas independientes.
No por gusto las mujeres están consideradas como inigualables en la lucha por la implementación de un nuevo proyecto de país.