Existe un despertar cívico, incluidas las manifestaciones espontáneas de desaprobación y protesta, las mismas están atravesadas por el empirismo y la improvisación.
Los cubanos, por razones obvias, no poseen una cultura cívica y mucho menos de la No-violencia, lo cual conspira con la calidad y la efectividad de dicho accionar cívico. La Cuba totalitaria es un lugar enrarecido para el ejercicio del derecho a la manifestación pacífica.
En ese contexto, se produjo anoche sobre las 8.40 pm, frente al estadio de béisbol en el municipio de Santo Domingo, una enardecida protesta de más de 40 personas, tocaron cazuelas, gritaron consignas anti sistémicas con un lenguaje radical, vulgar y francamente anticastrista.
Ante tales eventos, el régimen tiene previsto que una guardia operativa de los dirigentes locales se presente ante los manifestantes en aras de apaciguarlos, desmovilizar los, pero por el contrario, les lanzaron piedras, les manifestaron ser unos descarados y mentirosos.
Los cortes de electricidad y demás carencias tienen en ascuas a los pobladores del municipio y por extensión a los de todo el país.
La situación en Cuba es compleja y la respuesta a la represión y a la falta de legalización de la oposición, como un primer paso, requiere estrategias cuidadosas y bien pensadas, la cual pasa por la educación y la concienciación de la población, la desobediencia civil, el diálogo y la diplomacia, el empoderamiento de la sociedad civil, la resiliencia y la persistencia.