El recién finalizado congreso de la UNEAC, significó más de lo mismo: la politización más rastrera en favor del régimen que los utiliza.
Cuando los escritores y artistas quedan entrampados en redes totalitarias de dominación pierden la autonomía, la auténtica libertad de creación se evapora y se convierten en unos obedientes asalariados de los mandantes.
Es muy triste apreciar como ese importantísimo gremio ha quedado desnaturalizado desde sus orígenes. No por gusto, ante la falta de opciones, muchos intelectuales y artistas parten para el exilio.
La defensa en ese cónclave de conceptos tan sagrados como Patria y Cultura, lo cual incluye intrínsecamente valores compartidos y sentimientos de pertenencia entre los miembros de una comunidad, en tanto contribuye a la identidad y cohesión social de una Nación, se utiliza como una cortina de humo para justificar la conculcación de los derechos individuales, entre los que se encuentran, los artículo 19, 20 y 21 de la Declaración Universal de los DD HH.
Se apela a los derechos humanos como argumento central porque son la filosofía jurídica consensuada por todos, aun cuando los regímenes de fuerza como el cubano utilizan la facha de ser signatarios de dicha Declaración y gestionar eficazmente su inclusión en el Consejo de Derechos Humanos para atenuar el ser condenados desde el entramado institucional de la ONU.
Como era de esperarse, la batalla contra la socorrida colonización cultural, estuvo presente.
Foto: gentileza UNEAC
Ellos parten de que los Estados nación son compartimentos estancos, ese Estado-centrismo pisoteador de la soberanía del ciudadano defendido en el evento de marras, ignora que la humanidad, compuesta por disímiles grupos humanos, es el resultado de la interacción de conjuntos nacionales y locales, etnias, culturas y civilizaciones.
Por ejemplo, en Cuba, existe el ajiaco, aludido por Ortiz, pero por diversas razones la cultura dominante fue la española, la del conquistador, eso es, el 74% del mapa genético de los nacionales es europeo (arribaron y se mezclaron), España grosso modo nos modeló culturalmente, no por gusto se habla el español, se profesa mayoritariamente el cristianismo, las instituciones dominantes tienen como referente fundamental a las europeas-españolas, a pesar de la huella comunista.
Se justiprecia la cultura proveniente de África y las Antillas (y el folclore resultante), sin dudas fecundadoras en el baile, la música, la culinaria, la religión y demás.
Los policías culturales se afanan en pasar gato por Libre, se les recuerda que la Nación y la Cultura se fortalecen cuando los ciudadanos se sienten protegidos y libres de expresar sus identidades y opiniones.
Los derechos civiles y políticos garantizan que la diversidad dentro de la Nación sea respetada y valorada, lo cual es esencial para una identidad nacional inclusiva y cohesionada.
Los latinoamericanos y caribeños no se comportan como enanos culturales al ser portadores de lo mejor de la cultura occidental, todo lo contrario, hacen una proyección fuerte, despojada de complejos de inferioridad/superioridad. El nacionalismo y populismo han hecho mucho daño. Occidente también ha sido influenciado en demasía, la modernidad y posmodernidad es el resultado de un continuo de aportes, es una hechura compartida.
Se ataca como la forma de colonialismo cultural más peligrosa, "la cultura del dinero y el egoísmo", mueve a risas, sobre todo cuando proviene de operadores de un país con planificación central y empresa estatal socialista, que sería el sustituto. Los antillanos están aleccionados del exceso de estímulos morales, las exhortaciones voluntaristas y politizadas para mover al trabajo, entre otros.