En el poblado Las Tosas, Sancti Spíritus, sus habitantes viven, como en toda Cuba, en la desesperación.
Los apagones son de 7-8 horas, y los alumbrones de 2, no hay transporte, los alimentos tienen precios estratosféricos, muy pocas personas almuerzan y comen, los niños no asisten a la escuela por razones obvias.
La inmensa mayoría de los campesinos están muy inconformes, hace 6 meses no les pagan el importe de la leche vendida a instituciones estatales, aún no así en las reuniones de la cooperativa los amenazan con confiscarles las tierras.
Se insta a los especialistas a realizar un diagnóstico del comportamiento de los habitantes de poblados como éste, sin dudas los más golpeados por la mega crisis, sobre el efecto paralizante ante tanta crueldad, causado por los mecanismos de control social y represión.
La tapa al pomo, según reza el refrán, se la puso el 18 de octubre una falla en la automática de la termoeléctrica Antonio Guiteras, esto provocó se disparara el generador y con ello la desconexión de la planta y el Sistema Electro energético Nacional.
Evidentemente, esa indisciplina tecnológica sirvió de detonante para un apagón nacional, de consecuencias fatales para el pueblo cubano y la credibilidad del régimen.
De telón de fondo está la obsolescencia de la infraestructura, la falta de combustible y la mega crisis sistémica en general.
Dicho apagón nacional provocó una ola de protestas en 7 provincias del país, se estiman 28 de las mismas, las cuales incluyeron concentración, al menos, frente a un gobierno municipal, así como un cierre de calles.
Los métodos de lucha utilizados fueron cacerolazos, congas de protestas, marchas y gritar consignas reivindicativas.
En la época dorada de la caña de azúcar el 70 % de las tierras cultivables del país estaban sembradas de la dulce gramínea. El bagazo y la paja se pudieron utilizar en propiedad, como combustible de alimentación de la calderas de vapor en la generación de electricidad (4,4 ton de bagazo sustituyen a una de petróleo), también como biomasa para igual destino.
El Etanol pudo ser uno de los derivados, que unido a lo anterior, aportara sustancialmente a la sostenibilidad ambiental y la independencia energética.
En conclusión, la culpa del malestar y las consecuentes reivindicaciones esgrimidas por los protestantes las tienen los operadores socialistas y su ineficiencia crónica, no las sanciones estadounidenses.
La mala noticia añadida es la falta de libertad de asociación, prensa, movimiento, protesta pública, reunión, emprendimiento, de empresas... que no le permiten a la ciudadanía y a los actores económicos movilizarse en pos de atajar a tiempo, cuestiones tales como la debacle del sistema electro energético nacional.