La principal fuente de abasto de agua en Camajuaní, La Corea, está rota una vez más. La afectación del servicio golpea fuertemente a la población ante unos trabajadores y técnicos maniatados por la carencia de lo más mínimo, amén de las crónicas fallas socialistas y burocráticas.

El estrés hídrico humano está a la orden de día.

La falta de inversión en la red de distribución, se manifiesta en una competencia por el agua, a través de los ladrones del preciado líquido, los chupones.

La frecuencia es cada 4 días, en algunos barrios nunca llega el agua, incluso ni los carros cisternas (pipas), en estos casos la solución agenciada por los pobladores es hacer pozos, que están  casi siempre contaminados, por la presencia de fosas sanitarias en sus proximidades.

El municipio de Camajuaní no es la excepción, la situación en el país es dramática. De 3674 posiciones de equipos de bombeo en la isla, 293 no están trabajando (pudieran ser mucho más). A esto se suma la antigüedad y el incumplimiento de los requisitos técnicos de los equipos. 

El chequeo y mantenimiento programado presenta serios problemas, entre otras cosas, por el pésimo marco de incentivos.

El 40 % de las dificultades del abasto de agua se debe a problemas de equipos de bombeo y el 39 % al déficit de energía eléctrica, este escenario persiste agudizadamente desde el 2023.