En un recorrido por tres organopónicos de Camajuaní, pudo verse lo desatendidos que están, prácticamente sin oferta, con una nueva administración, pues las anteriores fracasaron por dejadez y/o falta de apoyo.
En el visitado por Díaz-Canel se quejaron de no tener semillas de Acelga, entre otros. Se pone de manifiesto lo poco efectivo del recorrido "presidencial", es turismo político.
Antes del triunfo castrista un chino solo producía casi todas las verduras consumidas en Camajuaní, trabajaba de sol a sol, en cambio, en el socialismo real hubo que esperar la orden del general Raúl Castro en 1987 de crear la Agricultura Urbana, que incluye organopónicos, huertos intensivos y parcelas familiares. A estas alturas se espera los resultados prometidos en aquel entonces.
El tan satanizado capitalismo por los propagandistas oficiales, no necesita de la abultada burocracia presente en los distintos niveles de dirección, ni que el gobierno/partido único y sus dependencias le impartan órdenes a los actores económicos, sin embargo las estanterías se mantienen abarrotadas.
En un informe reciente quedó reflejado la falta de recursos, una infraestructura deficiente, la necesidad de mejorar la construcción y mantenimiento de estos espacios, la capacitación de los agricultores y técnicos, apostar por la conservación de alimentos y demás.
No cabe la menor duda, de la necesidad de trasladar el protagonismo (privatización) a los productores y consumidores, de eliminar para siempre la dictadura económica, determinada por la obsesión de mandar, subordinar e imponerse de las élites castristas.