En Cuba se necesita generar 3100 MW para cubrir la demanda energética en los horarios de mayor consumo.

Las maltrechas unidades termoeléctricas son responsable de 2 608 MW, así como la generación distribuida (poco funcional) y limpia del 43, 6 y 5 % respectivamente del total.

En tanto, se importa el 60 % del combustible. 

Estas cifra son horribles en clave medioambiental y de sostenibilidad económica.

Además, el consumo per cápita de 1,301 KWh comparado con otros países es relativamente bajo.

También, Cuba puede autoabastecerse de energía de producción propia, pues la producción total de todas las instalaciones es de 18 MM KWh que representa el 125 % del uso propio de país, o sea, las capacidades están subutilizadas, obsoletas, mal gerenciadas o sin combustible, pero nadie paga los platos rotos.

Por otra parte, el cambio de la matriz energética de forma extemporanea programada con la utilizacion de bioeléctricas, parques eólicos y tecnología fotovoltáica, dadas los usuales fallos del sistema, puede acarrear serios problemas, tales como: generar polvos y residuos en su puesta en funcionamiento, así como se puede esperar contaminación por el uso de materiales tóxicos en los paneles solares.

La preparación del terreno, puede alterar ecosistemas locales y la aguas subterráneas.

El ruidos de las turbinas eólicas puede afectara las aves y murciélagos, además de alterar el paisaje.

El proyecto de 20 parques eólicos de 100 MW cada uno debe ser objeto de atención por parte de la sociedad civil, debido a los vicios tradicionales del castrismo: el cumplimiento de metas políticas en contraposición a la racionalidad económica y medioambiental, el irrespeto de los contratos, las indisciplinas tecnológicas (de consecuencias fatales para el medio ambiente), la corrupción y el sociolismo que disuade entre otras, el  buen desempeño.

Los cubanos están angustiados y soportando los terribles apagones, debido a la desatención sostenida del sistema electroenergético nacional, no se visualiza un futuro sin apagones, lo cual mina las expectativas del cubano de a pie, no por gusto se producen los populares toques de cazuelas, a pesar de la represión desmedida del régimen y el éxodo, sobre todo de jóvenes, para cualquier destino.

Un país sin energía no tiene presente ni futuro, la pregunta que debe hacerse es la siguiente: ¿hasta cuándo se le va a seguir dando un cheque en blanco a los castristas?.  Cuba no aguanta más.