El reciente accidente en la fábrica de cemento de Cienfuegos, con un muerto y cinco heridos hasta el momento, es un trágico ejemplo de cual es el panorama de la economía cubana, en especial en el sector industrial.
Se puso de manifiesto la falta de inversión en el mantenimiento y la modernización del parque industrial, así como la deficiente gestión de la seguridad laboral, lo cual contribuye a la precariedad de las condiciones laborales.
Por supuesto, la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) no se inmuta ante tanta dejadez, por el contrario, sigue repitiendo hasta el cansancio el catecismo socialista.
La escasez de insumos y la mala calidad y/o ausencia de los equipos de protección disponibles son el resultado de una gestión gubernamental ineficiente y de faltas de políticas rigurosas que garanticen condiciones de trabajo seguras.
Se engloba en la crítica al gobierno, el partido único y la empresa estatal socialista pues todos forman parte de un modelo totalitario y burocrático, donde existe un solo poder con una distribución relativa de funciones.
Por otra parte, gran parte de la industria está paralizada debido a diversos factores como la falta de inversión, la obsolescencia tecnológica y la crisis energética.
Sectores claves como la industria azucarera y la manufactura están operando de manera intermitente, a una capacidad muy reducida o definitivamente salieron de la producción.
La primera representó, en el 2023, apenas el 4,3 % de la producción en 1989, es escalofriante.
Debido a la falta de transparencia en todos los niveles y de libertad de prensa, la Ley de Comunicación Social es letra muerta, no se puede precisar cuántos accidentes de trabajo comparables a éste aquejan a los trabajadores.