Los jerarcas del Consejo de Ministros están afrontando como implementar una herramienta, tenida a menos hasta el momento en la jerga y proceder oficial: la estabilización macroeconómica, pues tienen el agua al cuello. De acuerdo al discurso oficial tradicional, esos son ajustes o imposiciones dictadas por el Fondo Monetario Internacional a países en desarrollo.
El alarmante déficit fiscal y la deuda pública del 18 y 119 % del PIB respectivamente con caída en picada, los ha puesto contra la pared.
Asimismo, el tipo de cambio informal, el único disponible para el sector privado, de 360 cup/USD, que encarece sobremanera la gestión del mismo es otro de los quebraderos de cabeza.
El peor de todos, la inflación galopante que consume los ingresos y esfuma los ahorros, lo cual tiene un elevadísimo costo político.
Amén de la esclerosis sistémica del entramado empresarial estatal y el atrofiado mega Estado, que piden a gritos una reforma total.
La herencia recibida en términos institucionales y demás, de los arquitectos del socialismo totalitario y burocrático: "Fidel y Raúl", y la evidente mala conducción de sus epígonos, son un lastre muy duro de sobrellevar, peor aún, de reformar.
Un programa de estabilización pasa por implementar medidas de austeridad, ajustes monetarios y cambiarios, así como cambios estructurales e institucionales para impulsar el crecimiento y la eficiencia.
Lo anterior debe ser acompañado, entre otros, de un proceso de liberalización y privatización, si se desea llegar a puerto seguro.
Una reforma económica integral debe abordar tanto la macroeconomía como la microeconomía, la mejora de la eficiencia, la productividad y la creación de un verdadero entorno favorable para el sector privado y la inversión extranjera.
Sin ánimo de descalificar al otro, se aprecia muy pocas posibilidades de éxito para no decir ninguna en esta "nueva versión de modelo económico" a implementar. Los operadores de la misma no poseen la formación ni las herramientas institucionales imprescindibles, tampoco existe una clase empresarial competente, al estar moldeada a la antigua.
Esa reunión es más de lo mismo.
Se reitera una y otra vez, Cuba necesita cambiar de paradigmas, más que eso, resurgir como el ave fénix.