Las estructuras de sometimiento, inherentes al régimen totalitario Cubano incluyen: la imposición sistemática de un dogma oficial, la restricción del Pluralismo, del Estado de Derecho y de la Libertad. Han propiciado un daño antropológico, el cual se manifiesta en afectar la estructura interna de la persona humana, sus dimensiones éticas, sociales, espirituales y sus facultades cognitivas, emocionales y volitivas.
Lo anterior explica la disminuída capacidad de los cubanos para ejercer sus derechos y obligaciones, así como articular proactivamente la solución de sus demandas e intereses más caros.
Por otro lado, el Estado Policíaco insular caracterizado por su naturaleza represiva, ha fomentado la atomización social, al crear un ambiente de miedo, doble moral, pasividad y desconfianza entre los "ciudadanos".
Eso es, la vigilancia pre represiva constante, la generación de dependencia y las prácticas segregacionistas motivadas políticamente han sido de consecuencias fatales, en ese contexto, los individuos son empujados a aislarse y a evitar involucrarse en la emergente sociedad civil autónoma.
Se debe destacar, la instrumentación por los arquitectos del socialismo real de la violencia per se o daño físico, la violencia estructural, la cual está dada por el marco constitucional, legal y la institucionalidad resultante; y la violencia cultural, ésta se basa en la mentalidad, los prejuicios y la arrogancia de los partidarios de base y de la clase política.
Por todo lo anterior, no se puede juzgar a priori a los cubanos como cobardes, solo apropiándose de una filosofía y metodología de lucha empoderadora y acorde al legado heredado del castrismo podremos salir adelante.