A finales de la década del 80 los cubanos vivíamos aletargados en una concha muy poco permeable, al mismo tiempo sometidos a una dominación totalitaria implacable, la cual pasaba por la preminencia de un caudillo mesiánico. En 1989 comenzó el desmantelamiento del otrora campo socialista, pero sus ecos prácticamente nos llegaban por las interpretaciones de conveniencias realizadas por Fidel Castro, pues hasta las publicaciones de esos lares que arribaban a nuestro país fueron suprimidas en todos los ámbitos sin miramientos.
Aun así, la vida empezó a cambiar por varias causas: una crisis socioeconómica sin precedentes que puso al descubierto las grandes flaquezas del socialismo caribeño, la irrupción de organizaciones civiles con agendas de derechos humanos, así como Radio Martí y la posibilidad de denunciar a través de esta emisora desde Cuba.
Las tertulias informales en los parques de Camajuaní y en 1994 la Fundación del Movimiento Cubano Reflexión (MCR) constituyeron mi iniciación en los ambientes contestatarios. Como principal animador del movimiento impulsé las denuncias de las violaciones de derechos humanos por los medios disponibles; los proyectos culturales, sociales y educacionales; la búsqueda de la unidad en el accionar de las agrupaciones opositoras desde el respeto a la diversidad; propiciar eventos que nos permitieran comunicarnos con un público más amplio; establecer relaciones de trabajo con organizaciones exiliadas y en consecuencia procurar ayuda de medios de trabajo y financiera; visitar sedes diplomáticas, y realizar eventuales acciones cívicas en las calles.
Después de la salida del presidio político en el 2011, proyecté un pensamiento y accionar más coherente, el cual se resume en un curso para la “Formación de líderes no violentos” que conformé atendiendo a lo mejor de la literatura especializada que encontré, así como con mi propia experiencia y reflexiones. A partir de entonces incorporé los conceptos siguientes: filosofía y metodología de lucha de probada eficacia; pensamiento estratégico-táctico; trazar un curso de acción; conciliación no violenta del conflicto; concebir e implementar estrategias de campañas; seleccionar adecuadamente los métodos o armas de lucha; hacer énfasis en la preparación de los activistas/líderes, y promover una transición que evite lo más posible la exacerbación del escenario nacional y que sea inclusiva, entre otros.
En los últimos años ha cristalizado un talante liberal en la nación y especialmente en la juventud, lo cual tiene su expresión en la aparición de articulaciones contestatarias de la sociedad civil. Algunas de las de mayor visibilidad son el Movimiento San Isidro, el Movimiento 27N y el Grupo Archipiélago. En el ínterin de 62 años se han armado y desarmado muchas a consecuencia de la enorme represión desatada contra las mismas. También al interior de las instituciones oficiales es evidente una pluralización, entre las que se encuentran las demandas osadas de integrantes del gremio de periodistas, la Asociación Hermanos Saiz (AHS) y la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), que se reunieron con el presidente designado por el general del Ejército Raúl Castro, Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Lo más destacado con mucho fueron las protestas espontáneas, descentralizadas y masivas del 11 de julio de 2021 en más de 40 ciudades, pueblos y barrios, toda una esperanza que pone en perspectiva la revitalización de la nación y el ciudadano.
Los artículos de opinión aparecidos en este libro fueron mi reacción a diferentes eventos de importancia nacional y algunos internacionales relacionados con la trama cubana. También abordo la técnica de lucha con su correspondiente cosmovisión, que impulso de cara a producir una dinámica de cambios que le permita a la nación arribar a la libertad y la democracia.
El libro está compuesto por cuatro secciones. La primera, “Una Propuesta para Cuba”, consta de 17 artículos, entre los que se encuentran “Algunas reflexiones de cómo lograr una transición hacia la democracia”; “La filosofía de la no violencia”, y “Pongamos empeño en la legitimidad y eficacia de los derechos humanos como moralidad pública”.
La segunda, “Pensando a Cuba y su entorno”, consta de 56 artículos que abordan temas históricos; mi propuesta económica de cómo abordar la transición económica; la Constitución de 2019 y sus entuertos; mis consideraciones sobre los congresos del partido único, de la central de trabajadores oficialistas (CTC) y de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC); refutaciones a exponentes del totalitarismo insular y sus dogmas; una breve síntesis de las revoluciones más importantes en la historia de la humanidad; la revolución que se desarrolló en nuestro país, y cómo las europeas de terciopelo son un referente para la necesidad presente de Cuba, entre otros.
En la tercera, defiendo el núcleo duro de la “Metodología y Filosofía de Lucha” que impulso. Artículos como “Estrategia de lucha para la oposición democrática cubana” y “La pertinencia de la lucha no violenta en el caso cubano” tienen como referentes los presupuestos de la Institución Albert Einstein, así como otras lecturas y reflexiones. Por otra parte: “Consideraciones de cómo los líderes pueden conseguir el apoyo de la comunidad” y “Una filosofía que guíe nuestros pasos” están influidas por la conceptualización del Instituto de los Derechos Humanos y las Responsabilidades, pero obviamente les realicé una asimilación crítica.
En la cuarta, “Misceláneas”, se incluye el informe presentado por mí a nombre del MCR en Ginebra entre abril y mayo de 2018, la misión de nuestra organización y una apretada síntesis de la historia del movimiento que dirijo.
Librado R. Linares García, MCR