El Movimiento Cubano Reflexión, como su nombre lo indica, tiene la misión de mover a la reflexión para llevar al pueblo cubano a la movilización ciudadana teniendo como filosofía la no violencia y usando como estrategia las campañas.
El totalitarismo comunista, aplicado sostenidamente, ha creado en la población dependencia, miedo, pasividad y doble moral, además de establecer una escasez crónica que nos ha llevado al atraso en todos los órdenes. En consecuencia, este pueblo está urgido de un movimiento revitalizador del tejido social, que el MCR pretende impulsar rescatando al ciudadano.
La implementación de un gigantesco Estado que lo engloba todo: política, sociedad civil y economía, regentado por un partido único, en la cúpula del cual y con todos los hilos del poder se ubica un caudillo, resulta la variante más letal a la libertad y la democracia.
Lograr el traspaso de poder del Estado-partido único (opresor, corrupto e ineficiente) a la sociedad civil y a un gobierno subsidiario está entre las metas más preciadas del MCR.
No apostamos por una solución reformista que se implemente desde la cúpula, pues conocemos y hemos sido víctimas de la gran vocación totalitaria de la jerarquía cubana. La variante insurrección-derrumbamiento o colapso estaría asociada a un vacío de poder y de sociedad civil de consecuencias nefastas para la nación cubana y por tanto la recelamos. Somos portadores de la filosofía de la no violencia la cual tiene entre sus enunciados esenciales la tercera vía, o sea, la creación de un movimiento de sociedad civil de tal contundencia que produzca una presión desde abajo que obligue y/o haga fuertes a los actores pragmáticos, realistas, reformistas y lamentablemente hasta oportunistas que habitan en las diferentes instancias del poder. Una dinámica de cambios de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo está en nuestro horizonte. En otras palabras, queremos propiciar una transición exitosa del totalitarismo hacia la democracia.
La experiencia de las transiciones en América Latina y sobre todo en el centro y este de Europa, con sus revoluciones de terciopelo, son una inspiración para nosotros. Nuestro desafío es hacer una asimilación crítica de estos procesos renovadores y encontrar una eficaz variante cubana. Cuba es una cuenta pendiente en el concierto americano.